Historia de la genealogía:
Desde el comienzo de ésta, por razones de prestigio y orgullo de raza, se conservaron en muchos pueblos registros de linajes y árboles genealógicos.
Ejemplo:
Las numerosas exposiciones genealógicas de la Biblia, como las destinadas a indicar el origen de ciertas tribus o a probar la estirpe del Mesías prometido (Mat. I, 1-17 y Luc. III, 23-38).
Los hidúes, los asirios, los griegos, los romanos y los egipcios trazaron la genealogía de sus faraones y reyes hacían derivar su estirpe de héroes y dioses, en Roma, los patricios llevaban al día sus árboles genealógicos.
Los antiguos celtas disponían en cada tribu de un funcionario encargado de conservar los anales del linaje y abolengo de las principales familias.
Los vikingos lo muestran en sus cantos guerreros, los normandos se considera más distinguido y son más apreciados los hombres de los que se conocen varias generaciones de antepasados.
Los japoneses explican la divinidad de su emperador remontando su ascendencia a una diosa del sol existente en una nebulosa edad mitológica.
Entre los hebreos, la genealogía tenía un relieve especial, hacia el Mesías tenía que nacer entre ellos.
Entre los árabes, ha sido de una gran importancia demostrar que se desciende del profeta Mahoma, principalmente entre los soberanos.
Los incas guardaban las genealogías reales en el santuario de los Poque, que fue dedicado al dios del sol.
En algunos códices aztecas se pueden contemplar árboles genealógicos formados por las figuras familiares de ascendientes y descendientes.
La genealogía moderna apareció al s. XVI, cuando se generalizaron el estudio. Los historiadores se in interesaron para probar derechos de sucesión de suyos soberanos y, así, halagarlos. Las genealogías de los linajes nobles generalmente eran escritas en forma de nobiliario.
La aparición de los métodos críticos y el estudio de las fuentes históricas dio a la genealogía nuevos medios de investigación, y tuvo un momento culminante al s. XVII; pero desde el s. XVIII, y hasta el XX, principalmente en Francia y en España, fue perdiendo prestigio cuando los genealogistas y los reyes de armas se dedicaron en falsear o en inventar ascendencias.
En la actualidad, cuenta con una gran cantidad de asociaciones en todo el mundo, se celebran reuniones y congresos nacionales e internacionales, y se publican rigurosos estudios. Las potentes herramientas de búsqueda de datos por Internet han contribuido en gran medida a esta imparable expansión.
